viernes, 12 de diciembre de 2008

A los penales

Anoche, mientras hacía zapping esperando el comienzo que no fue de “Los exitosos Pells”, puse Tinelli. Un cartel permanente en el pie de la pantalla indicaba el comienzo de la Gran Final del Bailando por un Sueño. Brevemente el ex movilero de Badía, explicó la forma en que se definiría el certamen. 4 votos emitiría el jurado y 4 votos se llevaría quien obtuviera los favores del llamado telefónico popular. En caso de empate se habilitaría un voto telefónico gratuito para definir el duelo. Hay quienes dicen que Cobos se habría postulado para determinar al ganador, pero la producción de Ideas del Sur consideraba que Cleto sabía mucho más de técnicas de Baile que el resto de los paparruchos del jurado, y sería un desmérito para ellos.
Listo dije yo, a eso de las 23.15, esto va a desempate tipo 1, como que me voy a quedar pelado, y me fui al sobre a seguir leyendo a Jorge Amado, que me resulta bastante más interesante que la vida de Susana Giménez (programa que ocupó el lugar de los Pells).
Almorzando hoy, descubro que mi arriesgado vaticinio se había cumplido… que groso soy… no me pidan números para la quiniela porque la Lotería de Santa Fe me está vigilando.
Reflexión: que IDIOTA es la gente, por Dios… que idiotas somos… nos encanta comernos el dulce…
PD: Cualquier semejanza con la definición del Torneo Apertura es pura coincidencia!!!

jueves, 4 de diciembre de 2008

Gourmet

Algunos lo prefieren a él… Excéntrico, artista, uranio… elige los paisajes más atractivos y desolados de la Patagonia para montar su ranchito y cocinar exquisiteces a las brasas. Hablo del ídolo del Colorado Blas, Francis Mallmann, quien no duda en correr la nieve del piso con una palita, armando una circunferencia de 2 metros de diámetro y prender unos troncos, para luego cocer allí carnes y vegetales… Todo muy rústico y apetecible… Hasta acá vamos bien, pero en el cierre del programa, un poco la caga. Si la cuestión transitara por la senda de cocinar en lugares difíciles y extraordinarios, estaría más que aceptable. Pero esto de irse, copón de vino en mano, a la parte de atrás de su 4x4 a mirar algún clásico del cine en DVD, y luego sentarse en un improvisado sofá a filosofar sobre el film, buscando paralelismos con el plato que acaba de degustar me parece como mucho… un poco volado… un poco ridículo.
Este preámbulo no sirve para otra cosa que para que quien suscribe pueda expresar su admiración por su cocinera mediática favorita. Sí, como ya les habrá indicado su imaginación (o la foto de este post), no es otra que la Señora Narda Lepes. De cejas y caderas anchas, cocina lo que le gusta y como lo que cocina.
Su ciclo de programas en los que recorre países enteros me fascina. Con gran respeto aprende el idioma de cada lugar, y nos muestra la idiosincrasia de los mismos desde su gastronomía, sus sabores y sus costumbres. Los paseos por los mercados de cada ciudad son excepcionales. Verdaderamente es mucho más que un programa de cocina.
Desde el pionero Carlos Arguiñano, hasta Martiniano Molina, pasando por Choly Berreteaga y el gallego Borja, los programas y canales de cocina nos acompañan desde ya hace varios años, conviven con nosotros y hasta tienen sus seguidores (como es mi caso). Parece que llegaron para quedarse.