martes, 30 de junio de 2009

Compendio de Conductas Inexplicables - Parte I

Un orgulloso padre primerizo me muestra un videito del nacimiento de su hija. Imágenes capturadas por él mismo, con su cámara fotográfica haciendo las veces de filmadora. Un archivo de 47 megabites para la posteridad. Ese padre vio por primera vez a su niña, en una pantallita de 2,5", cuando pudo haberla visto sin ningún filtro tecnológico, a pura realidad.
Un adolescente levanta con su mano derecha un teléfono celular, en medio de un recital. Enfoca hacia el escenario, y ve a través de su diminuta pantalla un conjunto de luces indescifrables en baja definición, en lugar de disfrutar ahí, en ese instante de lo maravilloso de una banda en vivo.
¿Por qué pensamos que podemos capturar la escencia de los buenos momentos, si es su carácter efímero lo que los vuelve inolvidables?

1 comentario:

Luna dijo...

Excelente reflexión. Hay montones de ejemplos.

Besos