lunes, 31 de diciembre de 2007

Maldades infantiles

De chiquito "pateaba" con un amigo-hermano, al cual me acerqué interesadamente a mis 3 años de edad para pedirle su triciclo a batería. Yo le llevaba un año, pero a los puñetes por lo general ganaba él. Me superaba en picardía y era bastante guacho... lo quiero con mierda y todo (repito: amigo-hermano).
Yo, gordito y pecoso, era bastante gil y me portaba bien en todos lados (salvo en mi casa). Creo que uno de los actos de mayor maldad de mi infancia lo tuve para con este amigo, y con esto de las navidades, lo tuve presente en estos días.

Una tarde de diciembre andabamos de esquina a esquina con nuestras bicis, y en un momento, haciendo abuso del año de diferencia, le chanté en la cara una información que para ese entonces yo manejaba y aparentemente él no.

Incrédulo me miraba, helado tras recibir aquella noticia. Dejó su bici tirada en la vereda, entró a su casa y al cabo de unos minutos salió con cara larga, secundado por su madre, cuyos ojos me dirigieron una mirada fulminante.

Sí, estaba confirmado... Papá Noel eran los padres...

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